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Fragmento de Fahrenheit 451

Quema de un libro
Movidagrafica. Quema de un libro (Pixabay License)

Vas a leer un fragmento de un clásico de la ciencia ficción: la distopía Fahrenheit 451, en la que los bomberos no se dedicaban a apagar fuegos sino a encenderlos. Quemaban libros. En este monólogo, un compañero de profesión de Montag intenta convencerlo de la relevancia, de la importancia de su trabajo, después de una crisis de valores experimentada por este personaje.

–¿Qué es más fácil de explicar y más lógico? Como las universidades producían más corredores, saltadores, boxeadores, aviadores y nadadores, en vez de profesores, críticos, sabios, y creadores, la palabra «intelectual», claro está, se convirtió en el insulto que merecía ser. Siempre se teme lo desconocido. Sin duda, te acordarás del muchacho de tu clase que era excepcionalmente «inteligente», que recitaba la mayoría de las lecciones y daba las respuestas, en tanto que los 62 demás permanecían como muñecos de barro, y le detestaban. ¿Y no era ese muchacho inteligente al que escogían para pegar y atormentar después de las horas de clase? Desde luego que sí. Hemos de ser todos iguales. No todos nacimos libres e iguales, como dice la Constitución, sino todos hechos iguales. Cada hombre, la imagen de cualquier otro. Entonces todos son felices, porque no pueden establecerse diferencias ni comparaciones desfavorables. ¡Ea! Un libro es un arma cargada en la casa de al lado. Quémalo. Quita el proyectil del arma, domina la mente del hombre. ¿Quién sabe cuál podría ser el objetivo del hombre que leyese mucho? ¿Yo? No los resistiría ni un minuto. Y así, cuando, por último, las casas fueron totalmente inmunizadas contra el fuego, en el mundo entero (la otra noche tenías razón en tus conjeturas) ya no hubo necesidad de bomberos para el antiguo trabajo. Se les dio una nueva misión, como custodios de nuestra tranquilidad de espíritu, de nuestro pequeño, comprensible y justo temor de ser inferiores. Censores oficiales, jueces y ejecutores. Eso eres tú, Montag. Y eso soy yo. 

» […] Has de comprender que nuestra civilización es tan vasta que no podemos permitir que nuestras minorías se alteren o exciten. Pregúntate a ti mismo: ¿Qué queremos en esta nación, por encima de todo? La gente quiere ser feliz, ¿no es así? ¿No lo has estado oyendo toda tu vida? “Quiero ser feliz”, dice la gente. Bueno, ¿no lo son? ¿No les mantenemos en acción, no les proporcionamos diversiones? Eso es para lo único que vivimos, ¿no? ¿Para el placer y las emociones? Y tendrás que admitir que nuestra civilización se lo facilita en abundancia.

» […] Tranquilidad, Montag. Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado, o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos «hechos» que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como Filosofía o Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino se encuentra la melancolía. Cualquier hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo, es más feliz que cualquier otro que trata de medir, calibrar y sopesar el Universo, que no puede ser medido ni sopesado sin que un hombre se sienta bestial y solitario. Lo sé, lo he intentado. ¡Al diablo con ello! Así, pues, adelante con los clubes y las fiestas, los acróbatas y los prestidigitadores, los coches a reacción, las bicicletas helicópteros, el sexo y las drogas, más de todo lo que esté relacionado con reflejos automáticos. Si el drama es malo, si la película no dice nada, si la comedia carece de sentido, dame una inyección de teramina. Me parecerá que reacciono con la obra, cuando solo se trata de una reacción táctil a las vibraciones. Pero no me importa. Prefiero un entretenimiento completo.

» […] Lo que importa que recuerdes, Montag, es que tú, yo y los demás somos los Guardianes de la Felicidad. Nos enfrentamos con la pequeña marea de quienes desean que todos se sientan desdichados con teorías y pensamientos contradictorios. Tenemos nuestros dedos en el dique. Hay que aguantar firme. No permitir que el torrente de melancolía y la funesta Filosofía ahoguen nuestro mundo. Dependemos de ti. No creo que te des cuenta de lo importante que eres para nuestro mundo feliz, tal como está ahora organizado.

Ray Bradbury: Fahrenheit 451

ANALIZA EL TEXTO ANTERIOR

Palabras o expresiones desconocidas

Busca las palabras que desconozcas en el diccionario y lee el texto tantas veces como sean necesarias hasta asegurarte de que has comprendido su sentido global. Anota en tu cuaderno las palabras consultadas, recogiendo una pequeña definición que te permita recordar su significado (trata de ser breve: con una o dos líneas puede ser suficiente).

Comprensión del texto y expresión de posturas de acuerdo o de desacuerdo en relación con él

  1. ¿Qué quiere decir este personaje cuando señala, en el primer párrafo, que “hemos de ser todos iguales”? Justifica convenientemente tu respuesta.

  2. Para este hombre, ¿los libros son beneficiosos o perjudiciales? ¿Por qué?

  3. ¿Cuál es el concepto de felicidad y de infelicidad que defiende este personaje? ¿Qué características presenta la sociedad que, al final, él define como “nuestro mundo feliz”? ¿Estás de acuerdo con él?

Identificación de las ideas ideas principales del texto y de la intención comunicativa de la persona emisora del mensaje

  1. Resume el contenido del texto incluyendo exclusivamente sus ideas principales y prescindiendo de las secundarias o superfluas (puede resultarte de ayuda, tal vez, subrayar directamente en él aquellos enunciados o partes de los mismos que contengan ideas imprescindibles y que los recojas en tu resumen en el orden en que aparecen).

  2. ¿Cuál es la intención comunicativa de la persona emisora en los distintos actos comunicativos que se producen en este texto? [*]

  • ¿Cuál es la intención comunicativa de Ray Bradbury al producir la novela Fahrenheit 451?

  • ¿Cuál es la intención comunicativa de Montag en este fragmento?

[*] Por ejemplo, la intención comunicativa con que la autora ha emitido este mensaje es, por un lado, ofrecer su opinión y, por otro, tratar de evidenciar la distancia que existe entre la generación de sus hijas y la suya propia, para lo cual propone numerosos ejemplos o situaciones de la vida real, con los que pretende también mover a la risa a las personas que la lean al plantearlo de forma humorística.