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Texto (1) para abordar el tema de la vigilancia social

Videovigilancia
Ariel López. Videovigilancia (Pixabay License)

EL GRAN HERMANO TE VIGILA

Enemigo del totalitarismo, George Orwell quería alertar a sus contemporáneos de las tiranías por venir y de la utilización que estas podrían darle a herramientas modernas para liquidar cualquier clase de libertad y de dignidad humana. La impactante parábola que creó en su novela 1984 no podía por menos de impresionar las mentes y moverlas a la reflexión. ¿Nos encaminábamos hacia un mundo en que el Gran Hermano lo vería y lo oiría todo, incluso nuestros pensamientos más íntimos? ¿Un mundo en que estaría tan controlado el lenguaje, tan pervertido, que sólo se podrían ya expresar opiniones conformes con el pensamiento oficial? ¿Un mundo en que todos los gestos, todas las opiniones, todos los sentimientos los observaría y los juzgaría una autoridad omnipotente que asegurase actuar en nombre de los intereses superiores de la especie humana?

Nacido en 1903, Orwell pudo presenciar el crecimiento de los dos principales regímenes totalitarios del siglo XX, el de Stalin y el de Hitler. Se opuso a los dos; con las armas junto a los republicanos españoles y, luego, escribiendo. Pudo regocijarse con el desplome del nazismo, pero cuando falleció —prematuramente, en 1950, de tuberculosis—, el otro totalitarismo parecía en todo su apogeo. Stalin llevaba aún con firmeza las riendas del poder, aureolado con el prestigio de haber salido vencedor de la Segunda Guerra Mundial; sus ejércitos ocupaban media Europa; acababa de conseguir la bomba atómica y el desenlace del enfrentamiento entre Occidente y la Unión Soviética era incierto. La pesadilla que describió el escritor arrancaba de la hipótesis de que una dictadura de tipo estalinista iba a dominar el mundo en general e Inglaterra en particular. […]

El Gran Hermano salió por la puerta, pero, en cierto modo, vuelve por la ventana. No porque haya nacido otro poder totalitario, sino por un fenómeno más difuso, más pernicioso: el crecimiento inexorable de nuestras angustias referidas a la seguridad.

Con la escasa perspectiva con que contamos cuando estoy escribiendo estas líneas, está ya claro que el mundo tras los atentados del 11 de septiembre no volverá a parecerse nunca más al de antes. […] Nos espera una larga temporada de disturbios salpicada de atentados, de matanzas y de atrocidades varias; una temporada peligrosa por fuerza y traumática en cuyo transcurso una potencia como los Estados Unidos querrá, fuere cual fuere su administración en cada momento, protegerse, defenderse, perseguir a sus enemigos allá donde se escondan, oír todas sus conversaciones telefónicas, vigilar cuanto escriban en Internet, controlar todas y cada una de sus operaciones financieras…

Es algo ineludible y no pueden evitarse los descarríos. Lo que se pretende es evitar que se les envíen fondos a los grupos terroristas. Pero se aprovechará también para comprobar si hay ciudadanos estadounidenses que estén defraudando a Hacienda. ¿Qué relación existe entre el terrorismo y el fraude fiscal? Ninguna. Pero, ya que se cuenta con la tecnología adecuada y con un buen pretexto para controlar, se controlará. […]

Tras dejar constancia de estas inquietudes, y antes de expresar unas cuantas más, me apresuro a destacar que, por fortuna, el mundo en el que vivimos hoy no se parece aún al que describe la obra de Orwell. De momento, los temores que podamos tener se refieren sobre todo a peligros potenciales. Las múltiples vigilancias que padecen nuestros contemporáneos suscitan irritación, incredulidad y a veces una legítima indignación; pero no, desde luego, espanto como el hundimiento de las dos torres neoyorquinas, el secuestro de las colegialas nigerianas por el siniestro «Boko Haram» o las decapitaciones filmadas. Ante tales abominaciones, nuestros demás temores se difuminan, por supuesto.

Pero hacemos mal en subestimar los peligros inherentes a una deriva «orwelliana». […] Lo que la hace posible son precisamente los avances de la ciencia y las innovaciones tecnológicas que siempre la acompañan, como su sombra, pervirtiéndola. Nos parece que avanzamos y, en realidad, vamos derivando. Progresamos en muchos ámbitos, vivimos mejor y más tiempo. Pero algo vamos perdiendo por el camino. La libertad de ir y venir, de hablar y de escribir sin que nos vigilen constantemente. 

Como el aceite de un depósito agujereado, nuestra libertad se escapa gota a gota sin que le demos importancia. Todo parece normal. Podemos incluso seguir circulando deprisa, tarareando. Hasta el momento en que el motor falla. El vehículo no volverá a andar.

Amin Maalouf: El naufragio de las civilizaciones, 2019

ANALIZA EL TEXTO ANTERIOR

Palabras o expresiones desconocidas

Busca las palabras que desconozcas en el diccionario y lee el texto tantas veces como sean necesarias hasta asegurarte de que has comprendido su sentido global. Anota en tu cuaderno las palabras consultadas, recogiendo una pequeña definición que te permita recordar su significado (trata de ser breve: con una o dos líneas puede ser suficiente).

Comprensión del texto y expresión de posturas de acuerdo o de desacuerdo en relación con él

  1. En el primer párrafo, Amin Maalouf lleva a cabo una interpretación o una descripción del Gran Hermano de la novela de George Orwell, del mundo hacia el que nos encaminábamos y del que nos alertaba este segundo autor. ¿Cómo se describe este mundo? Caracterízalo con tus propias palabras.

  2. Teniendo en cuenta los datos biográficos que se aportan de George Orwell, ¿qué sistema político estaba representando en su obra: un sistema democrático o dictatorial? Concretamente, ¿cuál era el referente en que se apoyaba su distopía?

    • ¿Sabes algo, por cierto, acerca de este sistema político? ¿Crees que estaban justificadas las preocupaciones de George Orwell?

  3. Ahora bien, ¿qué quiere decir Maalouf con que "el Gran Hermano salió por la puerta, pero, en cierto modo, vuelve por la ventana"? Trata de explicar su sentido utilizándote de tus propias palabras.

    • ¿A qué fenómeno o conjunto de fenómenos se refiere?

    • ¿Qué tienen que ver los atentados con la reaparición del Gran Hermano, en opinión de Maalouf?

    • De acuerdo con el autor, ¿resultaría posible utilizar las ventajas de la tecnología más allá de preservar la seguridad? ¿Por qué?

  4. Maalouf, al final de este fragmento, apunta que "el mundo en que vivimos hoy no se parece aún al que describe la obra de Orwell". Sin embargo, ¿se muestra optimista o pesimista? Recoge algunas ideas extraídas del texto que permitan justificar tu postura.

Identificación de las ideas ideas principales del texto y de la intención comunicativa de la persona emisora del mensaje

  1. Intenta plasmar en una sola frase cuál es su tema, es decir, cuál es la idea general que se expresa en el texto y que, por sí sola, lo resume (intenta que no supere las tres líneas de extensión). [*]

  2. ¿Cuál es la intención comunicativa del autor en el acto comunicativo que lleva a cabo en este texto? [**]

[*] Por ejemplo, el tema del texto es la propuesta de soluciones por parte de la autora para evitar las causas que provocan la aparición de comentarios cargados de odio en Internet.

[**] Por ejemplo, la intención comunicativa con que la autora ha emitido este mensaje es, por un lado, ofrecer su opinión y, por otro, tratar de evidenciar la distancia que existe entre la generación de sus hijas y la suya propia, para lo cual propone numerosos ejemplos o situaciones de la vida real, con los que pretende también mover a la risa a las personas que la lean al plantearlo de forma humorística.