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[1.18] Palabras con errores ortográficos

¿Cómo evitar los errores ortográficos?

Para evitar cometer errores ortográficos lo recomendable es seguir alguno de estos pasos:

[1] Buscar la palabra de la que dudemos en el diccionario (http://www.rae.es).

[2] Si estamos usando un procesador de textos, fijarnos en el subrayado de color rojo que normalmente aparece bajo las palabras escritas de forma incorrecta (¡ojo!: los procesadores no son infalibles).

[3] Si no podemos hacer nada de esto (durante un examen, por ej.), utilizar una expresión alternativa, sinónima, de la que no dudemos.

¿Cómo es, "prever" o "preveer"?

¿Cuál de las dos formas es la correcta? Reflexiona sobre ello un instante y decántate por una de las opciones siguientes:

(a) prever (ej.: la alumna previó lo que iba a pasar)      (b) preveer (ej.: la alumna preveyó lo que iba a pasar)

Una vez hayas escogida una, lee atentamente el siguiente texto (pincha sobre la barra con el título para desplegarlo) y reflexiona a continuación sobre él:

¿"Prever" o "preveer"?

Preveer es un verbo tan difundido como inexistente en español. Se trata de una invención que se puede escuchar en doctas conferencias o en crónicas de prestigiosos periodistas.

El verbo correcto es prever, y está formado por el prefijo pre- y el verbo ver. Significa ‘ver con anticipación’, ‘pronosticar’ o ‘suponer’ a través de señales una cosa que va a suceder, y se conjuga como el verbo ver. El otro, preveer, es un engendro producto de la mezcla de los verbos prever y proveer, de la cual surgen aberraciones tales como preveyó por previó, preveyera por previera o preveyeron por previeron. El origen de este error es su parecido formal con proveer, que ha propiciado que se produzcan cruces entre las formas de conjugación de ambos verbos.

María Irazusta: Las 101 cagadas del español (adaptación)

Esta no es la única palabra o expresión con la que dudamos y que ofrece una variante incorrecta, muy similar, con la que una gran proporción de hablantes se confunde. Escoge a continuación la opción correcta de entre las siguientes. En este caso, si lo deseas, puedes consultar el DRAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española), en el Diccionario panhispánico de dudas de la misma institución o en la página de la Fundéu.

(a) albóndiga     (b) almóndiga

(a) croqueta     (b) cocreta

(a) murciélago     (b) murciégalo

(a) así     (b) asín

(a) de improviso     (b) de imprevisto

Todas las palabras pronunciadas o escritas incorrectamente constituyen vulgarismos léxicos, contenido que se aborda en el apartado [4] de este recurso. Te animamos a echarle un vistazo para aprender más sobre esta interesante realidad lingüística.

"Preveyendo", "cocreta", "murciégalo" y otros palabros

Lee atentamente el siguiente texto (pincha sobre la barra con el título para desplegarlo) y reflexiona a continuación sobre él:

"Preveyendo", "cocreta", "murciégalo" y otros palabros

Ver, prever; viendo, previendo. Nada de 'preveer' o 'preveyendo', como escuchamos muchas veces, incluso en los informativos. El verbo "prever" para algunos no existe y a cambio utilizan uno inventado, el verbo 'preveer', con sus peculiares formas verbales. "Preví" para ellos debe de ser 'preveí' o 'preveyí'. Digo yo. Aclaro también, ya que lo he mencionado, que no es lo mismo "debe de" que "debe". Y debe de ser que en algunos informativos tampoco saben que deben dar ejemplo, y no confundirlos.

A ver -que no "haber"-, una cosa es una errata y otra un error. A cualquiera se le puede colar una errata, o más de una. Pero si escuchas o lees en un mismo asunto más de una vez "preveyendo", seguro que no es una errata. Son incorrecciones lingüisticas habituales, como hay tantas. Palabras inventadas y usos incorrectos de palabras que sí existen. No son exactamente bulos lingüísticos, que los hay, y a patadas. Patadas a la lengua en muchos casos.

Otras veces, por el contrario, evitamos emplear una palabra en determinados contextos por considerar que no existe o que es vulgar. Y el ejemplo perfecto es "mogollón", que además de ser un apellido sí existe en el Diccionario, y en sus numerosas acepciones se la considera como mucho coloquial, nunca vulgar.

Sin bulos en la lengua

Ante la duda de si una palabra existe o no, lo mejor es acudir a la web de la Real Academia Española (RAE) y comprobarlo en su buscador, aunque no todas las palabras que empleamos están en el Diccionario, como apunta otra entidad de referencia en la materia, la Fundación del Español Urgente, Fundeu. Creada en 2005 por EFE y BBVA a partir del Departamento de Español Urgente de la agencia, su objetivo es velar por el buen uso del idioma español en los medios de comunicación, y alerta a diario sobre cuestiones concretas.

La Fundeu advierte de bulos lingüísticos, empezando por el que dice que las palabras que no están en el Diccionario no existen o no pueden emplearse. Sí pueden usarse. Pero, claro, no es lo mismo emplear "desafortunadamente", que no está en el Diccionario, que 'obeja', que obviamente tampoco está. Por cierto, "obviamente" sí figura en el Diccionario, y "afortunadamente", también. La Fundeu justifica que falten palabras porque "en ningún diccionario están todos los derivados que es posible crear a partir de una voz".

Cocretas vs almóndigas

Un bulo lingüístico muy extendido afirma que la palabra 'cocreta' está o va a estar en breve en el Diccionario de la RAE. Y de momento ni está ni se prevé en futuras ediciones. Sin embargo, "almóndiga" sí está. La RAE acepta "almóndiga" pero no 'cocreta'. Aunque apunta que es un vulgarismo de "albóndiga" y por ello desaconseja su uso.

Y ojo, porque tampoco admite 'croquetilla' y 'cocretilla', pero sí "albondiguillas" y "almondiguillas". ¿Qué le pasa a la RAE con las 'cocretas'? ¿Por qué "almóndigas" sí y 'cocretas' no?

Hay quienes piensan que la Real Academia Española sanciona lo que habla la gente. Aunque lo contradice que haya aceptado algunas palabras antes consideradas errores garrafales, como las ya citadas o "setiembre", "asín" y el guiño a la dislexia "murciégalo".

Luis M. García: Público (24 de octubre de 2017), fragmento

  1. De acuerdo con el texto, ¿las palabras que no están en el diccionario pueden utilizarse o no? ¿Por qué?
  2. ¿Qué ha querido decir con el enunciado que abre el último párrafo: "Hay quienes piensan que la Real Academia Española sanciona lo que habla la gente"? Si lo necesitas, busca en el diccionario el significado de la palabra "sancionar". A la vista de los ejemplos proporcionados en el último apartado del texto ("Cocretas vs almóndigas"), ¿consideras que es así? ¿O crees que es otra la intención de la RAE al aparecer estas voces como vulgarismos y, por tanto, desaconsejarse su uso? Justifica adecuadamente tu respuesta.
  3. "Mogollón" es uno de los ejemplos empleados por Luis M. García. ¿Se trata de una palabra vulgar o coloquial? ¿Y esto qué quiere decir?
  4. En el texto se recoge la siguiente afirmación: "Una cosa es una errata y otra un error". Pero ¿podrías definir lo que es una errata? Si desconoces el significado de esta palabra, búscalo o consulta el apartado [8.4], en que te aportamos información sobre este fenómeno lingüístico. Una vez hayas resuelto esta primera parte, ¿por qué "preveyendo", por ejemplo, no puede ser nunca una errata, en opinión del autor?
  5. En el primer párrafo, asimismo, se aclara "también, ya que lo he mencionado, que no es lo mismo «debe de» que «debe»". ¿Cuál es la diferencia? Si lo necesitas, consulta el apartado [4.5.9], en que te explicamos el distinto significado de cada una de estas formas.