A continuación vas a poder leer un texto de cada tipo de acuerdo con el modo de elocución (a saber, uno narrativo, uno descriptivo, uno expositivo, uno argumentativo y, finalmente, uno instructivo). Estos textos no contienen ninguna clase de conector, y esa es precisamente la actividad que te proponemos: que los añadas. Presta atención al sentido que detectes en los enunciados que los componen y, en función de cuál sea, agrega unos u otros. Intenta, en cualquier caso, que los conectores que emplees sean lo más formales que puedas.
Texto narrativo
La nave de la misión Apolo XI despegó de Cabo Kennedy (Florida) el 16 de julio de 1969. Se dirigía al espacio. El 20 de julio de 1969 se produce el alunizaje. El viaje se había desarrollado sin complicaciones.
Seis horas más tarde, el comandante Neil Armstrong fue el primer ser humano que pisó la superficie lunar, en una zona llamada Mar de la Tranquilidad. Michael Collins permaneció orbitando alrededor de la Luna en el módulo principal. A Armstrong se le unió después Edwin F. Aldrin y estuvieron caminando más de dos horas por el satélite. Recogieron rocas del suelo, tomaron fotografías y dejaron equipos científicos instalados en la superficie. Clavaron una bandera de Estados Unidos y hablaron por radio con el presidente Nixon. Dejaron una placa con una inscripción en que rezaba: “Aquí hombres del planeta Tierra pisaron la luna por primera vez, Julio 1969. Vinimos en paz en nombre de la Humanidad”.
Emprendieron el regreso a la Tierra. El Apolo XI caía sobre el Océano Pacífico, donde lo esperaba un portaaviones para recoger a la tripulación. Los astronautas tuvieron que permanecer unas semanas aislados, por si traían algún organismo lunar contaminante. Fueron recibidos de manera triunfal, aclamados como héroes.
Texto adaptado a partir de "La llegada del hombre a la LUNA para niños" (Educapeques.com)
Texto descriptivo
Mi habitación se encuentra en la primera planta de mi casa, al lado del dormitorio de los gemelos. No es ni muy pequeña ni muy grande, con muros altos, eso sí, porque el techo es abuhardillado, de madera; pasa que, como está inclinado a un agua, en la zona en que se estrecha no se puede estar de pie: ahí solo hay un pequeño mueble que sirve de armario. Es muy luminosa porque la luz entra por una ventana en mansarda y por un tragaluz. Tengo pegadas en los cristales pegatinas de mis películas favoritas, y en las paredes (pintadas de un tono amarillo suave) hay vinilos con motivos de la naturaleza.
Tengo dos estanterías: una con libros que he ido adquiriendo o que me han ido regalando desde que sé leer; la otra contiene algunos elementos decorativos de los que no puedo desprenderme: mi primer peluche, un coche teledirigido que me regaló mi abuela, los muñecos cabezones que están ahora tan de moda... También tengo un equipo de música, aunque casi todo lo que escucho lo reproduzco a través del ordenador. Al lado está el pupitre, el espacio en que realizo mis actividades y estudio. Siempre está un poco desordenado, pero creo que no es un desorden excesivo. En él hay un lapicero, una lámpara... ¡Lo típico! Mi armario, que es empotrado, es muy alto y grande, y también tiene las puertas recubiertas de vinilos, aunque en la central lo que hay es un espejo. Y luego está la cama, claro.
Texto expositivo
La primera imagen que nos viene a la mente siempre que asociamos el mundo de Roma con la cocina es la suntuosidad. La imagen tradicional de las orgías en las que se servían vituallas como lenguas de flamenco, pulpejos de camello, lirones cebados con castañas, jabalíes rellenos de tordos, etc., todas ellas regadas con salsas picantes, es común en escritos de Petronio, Juvenal o Marcial. Esto distaba mucho de la realidad. Es cierto que Mecenas fue el primero en comer carne de mulo, o que el actor Farón, para entretener al emperador Aureliano, comió un cochinillo y un jabalí. Los orígenes de la cocina latina fueron humildes y austeros.
Hasta el siglo II a.C. la cocina romana se basaba en alimentos básicos: el pulmentum o papilla de mijo, cebada o guisantes, el queso de leche de oveja, la carne de cordero hervida, la col, las habas, etc. Las frutas ocupaban un lugar importante: las manzanas, los albaricoques importados de Armenia, los melones traídos de Persia, higos y dátiles. Fue a principios del siglo II a.C. cuando los romanos entraron en Asia Menor y descubrieron el refinamiento de las cortes griegas de Oriente. A partir de este momento, la preparación de las comidas, según Tito Livio, se hizo larga y costosa. Los servicios de los cocineros, trabajo hasta entonces desempeñado por esclavos, se comenzaron a pagar muy caros.
Texto adaptado a partir de "Cultura gastronómica en el Imperio Romano" (zapardiel.org.es)
Texto argumentativo
¿Existe vida extraterrestre? No disponemos de datos para responder esta cuestión ni afirmativa ni negativamente; solo es posible la especulación. Conocemos que, para que exista vida en un planeta cualquiera, este ha de reunir unas condiciones de habitabilidad específicas (temperatura, radiación solar, etc.). No existen planetas que reúnan estas condiciones, al menos que nos conste teniendo en cuenta nuestros limitados sistemas de observación. Si hay miles de millones de planetas solo en nuestra galaxia, parece bastante probable que, a lo largo de todo el universo, algunos presenten las mismas características que la Tierra. Podemos creer que la vida ha encontrado las condiciones idóneas para su manifestación fuera de la Tierra, aunque sea en puntos muy alejados de esta.
Texto instructivo
Pues mire, para llegar a su hotel, camine por esta calle. Desembocará en una segunda calle, más ancha. Allí gire a la izquierda para tomar una calleja más estrecha y gire la segunda a la derecha para alcanzar la avenida Altamira. En la esquina hallará una tienda de libros muy popular. Siga por esa acera y, cuando llegue al final de la calle, donde hay una bifurcación, encontrará por fin el hotel por el que me ha preguntado.