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[4.6] Vulgarismos en relación con la preposición

[4.6.1] Error en el uso de las preposiciones, p. ej.: En base a / A nivel de / Galicismo “a + infinitivo” (como CN)

Listado con errores en relación con las preposiciones
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El tuit anterior, de @laletroteca, recoge, de entre los muchos posibles que puede haber, algunos errores posibles relacionados con el uso de las preposiciones (o de las locuciones preposicionales, a saber, dos o más palabras que actúan conjuntamente como una sola preposición): preposiciones empleadas por error (como en "de arriba *a abajo", cuando la expresión es "de arriba abajo") o locuciones que se emplean incorrectamente y que conviene evitar. En este apartado vamos a recoger solo los casos más representativos:

(a) En base a. A pesar de que está notablemente extendida, la RAE recomienda en la entrada correspondiente del Diccionario panhispánico de dudas evitar su uso (señala que está construida incorrectamente) y sustituirla por alternativas como "con base en", "sobre la base de", "basándose en", "a juzgar por", "de acuerdo con", "a la vista de"... (Conviene evitar oraciones como "el ambiente es bueno, *en base a las informaciones emitidas por el Equipo Directivo", expresándolo mejor con locuciones como "a partir de", "basándonos en", etc.) Profundiza en la página de la Fundeu o la entrada del Blog de lengua de Alberto Bustos.

(b) A(l) nivel de. Es una locución correcta cuando equivale a "a la altura de" ("la crecida del río no ha llegado al nivel de otras inundanciones"), pero no cuando adopta el sentido de "con respecto a", "en el ámbito de", "entre" o, simplemente, "en", por los que conviene sustituirla (así, es rechazable la expresión "el ambiente es bueno *a nivel de clase", que estaría correctamente expresada de la siguiente forma: "el ambiente es bueno entre la clase" o, sencillamente, "en la clase"). Profundiza en la página de la Fundeu

(c) Galicismo "a + infinitivo". Resulta bastante frecuente escuchar o leer expresiones como "temas a tratar", "asuntos a discutir", "aspectos a ser tratados"..., pero conviene evitarlas porque son ajenas a nuestra lengua: en propiedad, son calcos del francés (son por ello galicismos). La preposición "a" no es la apropiada en estos contextos, por tanto. Así, los ejemplos anteriores deberían haberse construido con las preposiciones "por" o "para", o el relativo "que" ("temas para tratar", "asuntos por discutir", "aspectos para ser tratados" o "que tratar", etc.). Profundiza en la página de la Fundeu.

[4.6.2] Preposición “a” solo en el CD de persona determinada

El complemento directo (CD) es una de las funciones sintácticas que pueden desempeñar los grupos de palabras dentro del predicado verbal, concretamente la que permite especificar o delimitar el significado de un verbo transitivo. ¿Y qué es un verbo transitivo? Pues un verbo que se construye con un CD. ¡Vaya pescadilla que se muerde la cola!... Partamos de un ejemplo: "comeré verdura" es una oración en que aparece un verbo transitivo (por si hay dudas, también lo indica el diccionario), es decir, requiere un CD, que en este caso es "verdura". ¿Cómo podemos saber que este grupo funciona como CD y que no es otra la función que desempeña? Existen tres pruebas:

Equivale a "lo + participio del verbo" Lo comido = "verdura"
Se convierte en el sujeto paciente de la oración pasiva de sentido equivalente "Verdura (sujeto paciente) será comida [por mí]." 
Se puede sustituir por "lo / la / los / las" (prueba no infalible según las zonas) ¿Comerás verdura? "Sí, lcomeré."

Pues bien, ahora que tenemos claro cómo identificar qué grupo desempeña la función de CD en una oración cualquiera, conviene que conozcamos una norma fundamental: si el CD alude a una o más personas, se construye obligatoriamente con la preposición "a" ("vi a Marta", "invité a Carlos y a Paula"); si no, no se utiliza ("vi una mesa"). Pero la(s) persona(s) tiene(n) que estar definida(s) por el contexto (es decir, han de ser identificables en él): en "vi mucha gente" no cabe duda de que el grupo "mucha gente" alude a un conjunto de personas, pero no están determinadas por el contexto (no se especifica a qué personas se ve).

En resumen:

CD (no es de persona) - sin "a" CD (de persona determinada) - con "a" CD (de persona no determinada) - sin "a"
"Vi una mesa." "Vi a Marta." "Vi mucha gente."

Por tanto, la preposición "a" no puede utilizarse en un grupo de palabras que funcione como CD si no alude a una(s) persona(s) determinada(s); así, estaría incorrectamente utilizada en "defiende a lo justo" (en el momento en que "lo justo" no es una persona) o en "buscan a un detective" (si se da la circunstancia de que se está buscando un detective cualquiera y, por tanto, no se hace una alusión específica a uno en concreto). Solo caben dos excepciones:

(a) Cuando tanto el sujeto como el CD aluden a realidades inanimadas. Entonces el CD, aunque no sea de persona, se puede construir con la preposición "a" para que no quepa interpretarlo erróneamente. "La virtud vence al vicio." (De lo contrario, en "la virtud vence el vicio", ¿cuál vence a cuál?)

(b) Cuando un CD de persona animada concurre en la oración con otro complemento encabezado por la preposición "a", situación en que normalmente el primero la elimina, evitando así la ambigüedad. La interpretación del sentido de la oración es más claro en "Paula presentó su hermano a su jefa" que en "Paula presentó a su hermano a su jefa".

[4.6.3] Falta una preposición obligada junto a un pronombre relativo

La siguiente oración contiene un error, bastante frecuente, que es del que te vamos a hablar en este apartado:

"Hay personas *que les entretiene esto."

En esta oración falta una preposición: lo correcto es "hay personas a las que / a quienes les entretiene esto". ¿Y eso por qué? Simplemente, la preposición es necesaria, en este caso, porque "que", "las que" o "quienes" son pronombres relativos que introducen una proposición subordinada (que puede sustituirse por "de este tipo", "ese/a/s"...) en la que sustituyen o se refieren a un elemento que se acaba de mencionar (en este caso, "personas"). Esta sustitución puede demostrarse en el momento en que esta proposición, subrayada en el ejemplo, puede aislarse, hacerse autónoma del resto, si sustituimos el pronombre relativo ("que") por el elemento al que se refiere ("personas"). En esta transformación descubrimos que nos hace falta la preposición "a" o la oración resultante es incorrecta. Fíjate en las transformaciones operadas en la tabla siguiente:

Oración completa (simplificada) Proposición subordinada que contiene
Hay personas [de este tipo].
(Incorrecto) [*Que les entretiene esto] = [*Algunas personas les entretiene esto]
(Correcto) [A las que entretiene esto] = [A algunas personas entretiene esto]

Puedes ver la ausencia de una preposición, requerida por la estructura oracional, también en estos dos ejemplos:

Construcción incorrecta (falta una preposición) Construcción correcta
"Hoy se marchan dos miembros, [*que yo querría dedicarles unas palabras]."
[= *Dos miembros yo querría dedicarles unas palabras.]
"Hoy se marchan dos miembros, [quienes / los cuales yo querría dedicar...]."
[= A dos miembros yo querría dedicarles unas palabras.]
"Hemos quedado en el mismo sitio [*que nos vimos ayer]."
[= *Ese sitio nos vimos ayer.]
"Hemos quedado en el mismo sitio [en que nos vimos ayer]."
[= En ese sitio nos vimos ayer.]

Existe una segunda variante de este error, algo más compleja. De acuerdo con esta variante, en otras ocasiones sí que aparece la preposición requerida cuando se construye la oración, pero se utiliza de forma incorrecta. Y se utiliza de forma incorrecta porque (1) no se coloca donde corresponde y (2), al no colocarse apropiadamente, se genera una redundancia que es, además, agramatical en lo que a los procedimientos de cohesión o de referencia interna se refiere. Podrás observar esta confusión en la siguiente oración:

"Esta es la chica *que ayer te hablé de ella."

Entendiendo que el pronombre relativo "que" es un procedimiento de referencia interna que en esta oración sustituye a "la chica", existe una repetición en el momento en que a "la chica" también se refiere el pronombre "ella". Además, si aislamos como antes la proposición subordinada, podemos comprobar que resulta una oración incorrecta:

Oración completa (simplificada) Proposición subordinada que contiene
Esta es la persona [esa].
(a) [*Que ayer te hablé de ella] = [*La chica te hablé de ella]
(b) [*Que ayer te hablé] = [*La chica ayer te hablé]
(c) [De la que / quien ayer te hablé] = [De la chica ayer te hablé]

Si convertimos la proposición que contiene en un enunciado independiente, descubrimos que las opciones (a) y (b) son incorrectas: en (a), "*la chica te hablé de ella" o "te hablé de ella *la chica", se ha sustituido el pronombre relativo "que" por el elemento al que se refiere, siendo entonces cuando descubrimos la reduplicación; si optamos por eliminar "de ella", como en (b), resulta "*la chica ayer te hablé" o "ayer te hablé *la chica", en los que se descubre que nos falta la preposición. La transformación correcta es, por tanto, la que aparece en (c), "de la chica ayer te hablé" o "ayer te hablé de la chica", de lo que se desprende que la opción correcta es "de la que ayer te hablé" o "de quien ayer te hablé" (la oración completa sería, por tanto, "esta es la chica de la que / de quien ayer te hablé". 

[4.6.4] Dequeísmo

El dequeísmo es un fenómeno lingüístico por el que, en un determinado contexto en que solo cabe decir "que", se añade la preposición "de" y se termina diciendo "de que". Aunque resulta bastante incómodo para el oído culto, existen áreas en las que este fenómeno se halla en expansión. Partiremos de varios ejemplos:

Ejemplos gramaticalmente correctos Ejemplos incorrectos (con dequeísmo)
(a) Se arrepintió DE QUE no lo hubieran obligado a esforzarse más 
(b) Es un fastidio QUE no vengas.
(c) Me aseguró QUE vendría.
(d) Informé QUE / DE QUE te marchabas.
(a) -
(b) Es un fastidio *DE QUE no vengas.
(c) Me aseguró *DE QUE vendría.
(d) -

Si las oraciones contenidas en la columna de la derecha te resultan molestas, no te preocupes: es síntoma de que es poco probable que puedas confundirte incurriendo en un "dequeísmo", bien porque has recibido una buena formación en materia lingüística, bien porque, inconscientemente, comprendes el mecanismo subyacente, que vamos a tratar de explicarte en este apartado.

Sin embargo, antes de comenzar con esta explicación propiamente dicha, conviene recalcar que, por supuesto, no siempre resulta incorrecta la combinación "de que". En (a), de hecho, aparece un ejemplo en que esta combinación está correctamente utilizada: "se arrepintió DE QUE no lo hubieran obligado a esforzarse más". Si entendemos que la parte de la oración que comienza por "que" equivale aquí a un sustantivo o nombre, se puede sustituir por un grupo nominal, resultando entonces una oración en que queda patente que la preposición "de" forma parte indisociable de su estructura gramatical:

(a) Se arrepintió de (que no lo hubieran obligado a esforzarse más). = Se arrepintió de (su falta de esfuerzo). = Se arrepintió de (eso).
[Pero no "se arrepintió *su falta de esfuerzo" o "se arrepintió *eso".]

Si aplicamos la misma prueba, comprobamos que, en cambio, en los ejemplos (b) y (c) de la primera tabla, la preposición "de" no está exigida en su estructura, de forma que su añadidura se debe a una ultracorrección, es decir, un error por parte de la persona que la emplea en el momento en que cree que la forma correcta (simplemente con "que") está mal; así pues, para solucionarlo, le añade -incorrectamente, insistimos- la preposición.

(b) Es un fastidio (que no vengas). = Es un fastidio (tu ausencia). = Es un fastidio (eso).
[Pero no "es un fastidio *de tu ausencia" o "es un fastidio *de eso".]
(c) Me aseguró (que vendría). = Me aseguró (su asistencia). = Me aseguró (eso).
[Pero no "me aseguró *de su asistencia" o "me aseguró *de eso".]

En el caso de que la palabra que preceda al "que" sea un verbo, como en (c), si la preposición "de" está exigida por él, esta información normalmente aparecerá en la entrada correspondiente del Diccionario panhispánico de dudas de la RAE.

Resulta conveniente conocer que algunos verbos admiten las dos posibilidades, las dos estructuras o construcciones gramaticales. Así en el ejemplo (d), "informé que / de que te marchabas", donde caben las dos construcciones (solo con "que" o con la combinación "de que"), como se indica en la entrada del verbo "informar" del Diccionario panhispánico de dudas. Muchas personas creen que le ocurre lo mismo al verbo "alegrar", pero, como puede leerse en la entrada de este verbo, solo se construye con la preposición "de" cuando se utiliza la forma pronominal ("alegrarse"), donde lo que produce alegría se expresa por medio de un grupo preposicional: (e) "me alegro DE QUE hayas venido"; pero no cuando se utiliza de otra forma (simplemente "alegrar"), donde lo que produce alegría se expresa por medio de un grupo nominal: (f) "me alegra QUE hayas venido". Son, por tanto, dos construcciones distintas.

(e) Me alegro de que hayas venido. = Me alegro de tu venida. = Me alegro de eso.
[Pero no "me alegro *tu venida" o "me alegro *eso".]
(f) Me alegra QUE hayas venido. = Me alegra tu venida. = Me alegra eso.
[Pero no "me alegra *de tu venida" o "me alegra *de eso".]

Sin incurrir exactamente en un dequeísmo (ya que no contiene la combinación "de que"), conviene prestar especial atención a una construcción gramatical incorrecta que, con cierto carácter coloquial, comienza a ser practicada incluso por personas cultas. Nos referimos a "DECIR *DE + INFINITIVO...", que tiene cabida en este apartado en el momento en que en ella no procede utilizar la preposición "de". Aplicando los procedimientos anteriores, observamos que, a partir del ejemplo incorrectamente construido "me dijo *de ir a la plaza", no cabe admitir "me dijo *de eso" (solo resulta admisible "me dijo eso"). Sin que quede claro por qué se utiliza la preposición (tal vez se deba a que se trata de evitar la construcción también incorrecta "*me dijo ir"), la mejor forma de evitar esta fórmula es sustituyendo el verbo "decir" por otro verbo: "proponer", "plantear", "invitar"... ("me propuso ir a la plaza", por ejemplo). De esta forma, además, se evita un verbo pobre o comodín como "decir" (encontrarás más información al respecto en el apartado [4.10 L.P]).

(Para profundizar) - https://blog.lengua-e.com/2008/dequeismo/
(Para practicar) - https://blog.lengua-e.com/2019/ejercicios-dequeismo/

[4.6.5] Queísmo

Se conoce como queísmo el fenómeno contrario al dequeísmo, más corriente o frecuente que este, que se produce porque se reduce la combinación "de que" a "que"; es decir, se suprime la preposición, pero se suprime indebidamente, ya que lo gramaticalmente correcto, lo aceptable, en algunos contextos es "de que" y no simplemente "que". Basta observar los siguientes ejemplos:

Ejemplos gramaticalmente correctos Ejemplos incorrectos (con queísmo)
(a) Estoy segura DE QUE me aprecias.
(b) Tengo la certeza DE QUE se terminó marchando.
(c) Me enteré DE QUE te ascendieron.
(d) Me di cuenta DE QUE llegaba tarde.
(a) Estoy segura *QUE me aprecias.
(b) Tengo la certeza *QUE se terminó marchando.
(c) Me enteré *QUE te ascendieron.
(d) Me di cuenta *QUE llegaba tarde.

Ahora bien, ¿cómo podemos saber a ciencia cierta que lo correcto es "de que" y no solamente "que"? Porque en otros contextos (¡miles de ellos, de hecho!) es posible hallar "que", solo "que", y que eso sea lo correcto (por ejemplo, "quiero que llegue ese día" o "la casa que compraron"). ¿Por qué en las oraciones de la tabla anterior es "de que" y no "que", entonces? Pues bien, existen dos formas de saberlo:

(1) La primera es que, a nada que observes con calma las oraciones propuestas, observarás que las palabras que preceden a "de que" exigen la preposición "de". ¿Y cómo podemos saberlo? Reduciendo la oración a su mínima expresión. La parte de la oración que comienza por "que" equivale en estos casos a un sustantivo o nombre, de forma que se puede sustituir por un grupo nominal:

(a) Estoy segura de (que me aprecias). = Estoy segura de (tu aprecio). = Estoy segura de (eso).
(b) Tengo la certeza de (que se terminó marchando). = Tengo la certeza de (su marcha). = Tengo la certeza de (eso).
(c) Me enteré de (que te ascendieron). = Me enteré de (tu ascenso). = Me enteré de (eso).
(d) Me di cuenta de (que llegaba tarde). = Me di cuenta de (mi retraso). = Me di cuenta de (eso).

Está claro que puedo decir "estoy segura de eso", pero es imposible admitir "estoy segura *eso"; y lo mismo pasa con "tengo la certeza de eso" frente a "tengo la certeza *eso", o "me enteré de eso" frente a "me enteré *eso". Practicando esta reducción, pues, confirmamos que la preposición "de" está exigida por la palabra que la precede y, por tanto, no tiene cabida suprimirla.

(2) La segunda consiste en que, si se trata de un verbo, podemos consultar el Diccionario panhispánico de dudas de la RAE para comprobar si este rige o no la preposición. Así, por ejemplo, si consultamos en este diccionario la entrada del verbo "enterarse", utilizado en la oración (c), aparece la información de que "se construye con un complemento con de" y que, "en el habla esmerada, no debe suprimirse" esta preposición para no incurrir en un queísmo.

Aunque lo más frecuente es la desaparición de la preposición "de", el queísmo puede afectar también a otras preposiciones: en (d) "voy que me empasten una muela" o (e) "insistieron que los acompañara", se han suprimido de forma incorrecta, respectivamente, las preposiciones "a" ("voy a que...") y "en" ("insistieron en que..."). Si aplicamos las pruebas anteriores, comprobamos, en primer lugar, que (1) no son admisibles construcciones como "voy *el empaste" o "voy *eso" (lo correcto es "voy a eso"), o "insistieron *mi compañía" o "insistieron *eso" (nuevamente, lo correcto es "insistieron en algo"), y, en segundo lugar, que (2) el Diccionario panhispánico de dudas recoge que, al usar estos verbos, se construyen con estas preposiciones, como puede verse en las entradas de la voz "ir" y de "insistir"

(Para profundizar) - https://blog.lengua-e.com/2008/el-queismo/
(Para practicar) - https://blog.lengua-e.com/2013/ejercicios-queismo/