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[3.4] Los dos puntos (:)

[3.4.1] Introducen una enumeración

El uso más conocido de los dos puntos es el de preceder una enumeración, hasta el punto de que a veces se abusa de esta posibilidad generando redacciones mejorables o directamente incorrectas; así, por ejemplo, resulta incorrecto puntuar de la siguiente forma: "en mi habitación tengo: una estantería y un escritorio". Solo es posible emplear los dos puntos cuando la enumeración representa una explicación a propósito de una información proporcionada anteriormente; en el ejemplo anterior, sería válida si hubiéramos añadido "dos muebles repletos de libros": "en mi habitación tengo dos muebles repletos de libros: una estantería y un escritorio" (de esta manera, la enumeración supondría una explicación o una aclaración acerca de esos muebles).

En caso de invertir los términos y aparecer la enumeración en primer lugar ("una estantería y un escritorio") y la información que la explica a continuación ("dos muebles repletos de libros"), siguen siendo necesarios los dos puntos: "una estantería y un escritorio: en mi habitación tengo dos muebles repletos de libros".

[3.4.2] Introducen una ejemplificación de lo dicho anteriormente

Los dos puntos se colocan inmediatamente antes de la ejemplificación que corresponda a lo que estemos exponiendo, con independencia de que no aparezca a continuación una expresión como "por ejemplo" o similar. Este uso se observa claramente en el siguiente ejemplo:

"En épocas pasadas, las mujeres se casaban muy jóvenes: en Romeo y Julieta, obra de Shakespeare, por ejemplo, Julieta aún no tenía catorce años; en la Edad Media, la edad normal del matrimonio para las jóvenes judías era de trece años, y durante el Imperio Romano muchas mujeres romanas contraían matrimonio a los trece años, o incluso más jóvenes."

[3.4.3] Expresan la causa o la consecuencia de lo dicho anteriormente

Los dos puntos pueden expresar en ocasiones la existencia de una determinada relación lógica entre dos ideas lo suficientemente interrelacionadas como para que no consideremos separarlas por medio de un punto y seguido. Esta relación lógica puede ser de tipo causal (algo causa o es la causa de otra cosa, es decir, se trata de la explicación) o la consecuencia (también denominada efecto, el resultado a partir de una determinada situación) de lo que se está exponiendo. Esta interrelación se observa en que sería fácil unir ambas ideas por medio de algún tipo de nexo. Seguramente te resulte más fácil de comprender a partir de los siguientes ejemplos:

"Llueve: cogeré el paraguas" (llueve [causa o explicación] por lo que cogeré el paraguas [efecto o consecuencia])

"En casa la recibirán con alegría: ha aprobado la recuperación" (en casa la recibirán con alegría [efecto o consecuencia], ya que ha aprobado la recuperación [causa o explicación])

"La clase de 3.º A está en muy buena forma: todas las personas que la integran practican deporte" (la clase de 3.º A está en muy buena forma [efecto o consecuencia], dado que todas las personas que la integran practican deporte [causa o explicación])

[3.4.4] Preceden fragmentos de texto en estilo directo, o citas

Los dos puntos preceden siempre a la aparición de intervenciones en estilo directo o citas en que se recoge fielmente lo que ha dicho otra persona. Por ejemplo: "La filósofa María Zambrano escribió: «Si se hubiera de definir la democracia podría hacerse diciendo que es la sociedad en la cual no solo es permitido, sino exigido, el ser persona»". (Por supuesto, lo expuesto no resultaría aplicable si se reprodujesen sus palabras en estilo indirecto, como en "María Zambrano escribió que si se hubiera de definir la [...]").

[3.4.5] Se emplean tras las fórmulas de saludo en cartas y documentos de carácter formal

Cuando redactes con intención formal un correo electrónico o un documento que dirijas a otra persona, es probable que emplees fórmulas de saludo fijas (quizá te suenen rimbombantes, pero pueden resultarte muy útiles en el futuro), tales como "querido Pedro", "Ilma. Sra. Presidenta", "muy Sr. mío", etc. Siempre que aparezcan en la cabecera, estas fórmulas de saludo habrán de redactarse seguidas de dos puntos:

Estimada Silvia:

Te escribo este correo para informarte de que...

Quizá te tropieces con redacciones de personas cultas e informadas en las que se sustituyen estos dos puntos por una coma (y tras esta coma existirá, igualmente, un salto de línea para empezar un nuevo párrafo, como en el ejemplo anterior). Esta puntuación debe evitarse porque es una costumbre anglosajona, impropia de nuestra cultura, que no debe adoptarse.