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[4.3] Vulgarismos en relación con el adjetivo

[4.3] Superlativo irregular o comparativo mayor sin más

Dos son los errores más habituales que, en relación con el adjetivo, pueden cometerse: (a) que se utilice una forma incorrecta del superlativo porque se desconoce que la correcta es irregular y (b) que se olvide que el comparativo "mayor" no puede construirse junto con el intensificador "más".

(a) La cualidad referida por medio de un adjetivo (por ejemplo "célebre" en la oración "la mujer era célebre") puede expresarse en grado superlativo, esto es, en un grado superior con respecto al expresado por el adjetivo normal (o en grado positivo), y este grado superlativo se puede conseguir por medio de distintas fórmulas: anteponiendo un adverbio como "muy" ("la mujer era muy célebre"), o coloquialmente duplicando el adjetivo ("la mujer era célebre, célebre") o añadiendo un prefijo como "super-" ("la mujer era supercélebre"); pero, cuando pensamos en el superlativo, lo que se nos viene a la cabeza es el sufijo "-ísimo" (lista > listísima, alta > altísima...). Pero resulta que *celebrísima no existe, ¡es una forma incorrecta! 

Por desconocimiento pasamos por alto que, además del sufijo "ísimo", existe otro, de carácter culto: "-érrimo" (hallarás más información sobre él en la entrada correspondiente del Diccionario panhispánico de dudas de la RAE). Es este el que corresponde al adjetivo "célebre", por lo que la forma correcta es "celebérrima". Otros adjetivos sobre los que también se aplica este sufijo (y no "-ísimo") son:

pobre > paupérrimo; pulcro > pulquérrimo; negro > nigérrimo; íntegro > integérrimo; libre > libérrimo; mísero > misérrimo, etc.

En otros casos, el sufijo "-ísimo" no se añade sobre el adjetivo en la forma que tiene en nuestra lengua ("fuerte", "nuevo", "amable", "antiguo"...) sino sobre la forma que tenía en latín (podríamos admitir que los superlativos de estos adjetivos, de alguna forma, tienen memoria o mantienen el recuerdo de la forma que tuvieron en la era de Roma). Así, las formas correctas son "fortísimo" (y no fuertísimo), "novísimo" (y no nuevísimo), "amabilísimo" (y no *amablísimo), "antiquísimo" (y no *antigüísimo)... No obstante, la frecuencia con que personas, incluso cultas, han regularizado algunos de estos superlativos ha posibilitado no solo la convivencia de ambas formas, sino también que hayan sido aceptadas como correctas aquellas en que se tiende a la regularidad, como aparece recogido en las entradas correspondientes del Diccionario panhispánico de dudas (nos referimos a "fuertísimo" y "nuevísimo"). No ocurre lo mismo, sin embargo, en el caso de "amabilísimo" y "antiquísimo".

(b) En el segundo caso, el adjetivo "mayor" equivale a "más grande" con lo que ya comporta en su significado el intensificador "más": es, por tanto, incorrecto añadirlo pues, de hacerlo, generamos una expresión redundante, e incorrecta (la oración "cuando seas más mayor, lo entenderás", pues, está mal construida, así como también "yo soy el más mayor"). Le pasa lo mismo a "menor", que también equivale a "más pequeño" o "más joven"; pero aquí lo vemos más claro porque suenan rematadamente mal las siguientes oraciones: "si fuera más menor, no tendría tantas responsabilidades" o "yo soy el más menor".

Esto es posible porque existe una serie de formas, heredadas también del latín, que conservan la terminación propia del comparativo en esta lengua ("-ior") y que son distintas de los adjetivos en grado positivo: aparte de "mayor" (< grande) y "menor" (< pequeño), también "mejor" (< bueno) y "peor" (< malo). Ellas por sí solas se bastan para construir el superlativo de superioridad ("mayor que...", "menor que...", etc.). Estas formas, por tanto, también mantienen el recuerdo de la forma que tuvieron en época del latín. El resto de adjetivos, en cambio, se ven obligados a añadir el intensificador "más" ("más + adjetivo + que"; por ejemplo, "más inteligente que...") ya que no poseen una forma distinta del grado positivo.

No obstante, existe un caso en el que sí es posible combinar "más mayor": cuando el adjetivo "mayor" equivale a 'envejecido', es decir, se utiliza para hablar de la edad. "Esta persona es mayor" (= 'de avanzada edad'), "esta persona es más mayor", "que por esta puerta entren los más mayores", etc.

(Para profundizar)