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[2.1] Reglas generales de acentuación

¿Reglas generales de acentuación? ¡Trucos!

Como sospecho que conocerás, las palabras se clasifican en distintos tipos en función de la posición que ocupa, dentro de ellas, la sílaba tónica. A partir de este criterio, las voces pueden ser agudas (si la sílaba tónica ocupa la posición final, como en corazón o en amador), llanas (si la sílaba tónica es la penúltima, como en árbol o en libro) o esdrújulas (si la sílaba tónica es la antepenúltima, como en -precisamente- la palabra esdrújula). También existen, incluso, las sobresdrújulas, que son aquellas voces en las que la sílaba tónica es cualquier sílaba anterior a la antepenúltima (por ejemplo, ábremelo).  

Las reglas de acentuación garantizan que podamos resolver adecuadamente algunos casos de ambigüedad que pueden darse en la lengua escrita si manifestamos cierto desdén o descuido ante estas normas (¿cómo podríamos leer adecuadamente, cómo podríamos entenderlo, un enunciado como "el habito" si no tenemos claro que quiera decir el hábito o él habitó, por ejemplo?). Asimismo, su simplicidad es de una lógica aplastante, como vamos a demostrar enseguida, y ayudan a conocer en todo momento cómo pronunciar las palabras, es decir, dónde se encuentra la sílaba tónica (cuando te tropiezas por vez primera con una palabra nueva, sabes cómo pronunciarla gracias a estas normas básicas).

[1] Las palabras agudas solo se acentúan si terminan en <-n>, en <-s> o en vocal (así, se acentúan huracánpartísamará, pero no paredperdiz, por ejemplo).

[2] Las palabras llanas se acentúan, por el contrario, solo si terminan en una consonante distinta de <-n> o <-s> (así, se acentúan ágil néctar, pero no pelota camisa).

[3] Por su parte, las palabras esdrújulas y sobresdrújulas se acentúan siempre (esa es la razón por la que nunca falta en médico atmósfera, por ejemplo).

¡Te dijimos que no engañábamos!: es muy sencillo. Ahora, ¡ojo!, cuidado con algunas palabras con las que es habitual confundirse a pesar de la simplicidad de la norma, palabras que ganan una sílaba al pasar de singular a plural y, así, pasan de ser llanas a esdrújulas, pues la sílaba tónica no cambia de posición (¡y recuerda que las esdrújulas se acentúan siempre!): por esta razón, en singular examen es llana y sin tilde (acaba en <-n>) pero en plural exámenes sí la lleva porque es esdrújula (colocarle a "examen", en singular, un acento gráfico por contagio con esta última forma es un delito); lo mismo le pasa a joven, que es llana y sin tilde (porque también acaba en <-n>), pero que en plural es esdrújula y sí la lleva: jóvenes, o resumen, que es llana y sin tilde (¡también acaba en <-n>), pero resúmenes en plural porque ha ganado una sílaba y se ha convertido en esdrújula.

Si lo necesitas, te dejamos este cuadro, que al principio tal vez te pueda ser de ayuda para aplicar las sencillas reglas explicadas más arriba:

Diagrama para colocar las tildes
Juan Villar. Diagrama para colocar las tildes (CC BY-NC-SA)

[2.1.1] ¡Las mayúsculas también se acentúan!

No sé quién fue la persona que compartió por primera vez la idea de que las mayúsculas no se acentúan, pero se podría forrar inventando bulos porque ¡es mentira!: las mayúsculas claro que se acentúan. Puede que esta falsa creencia provenga de la época en que se escribía con máquina de escribir; cuando se escribía con ella una tilde y, a continuación, una vocal mayúscula, la tilde quedaba oculta tras la tinta de esta letra puesto que no existía una tilde diferenciada, más alta, para las letras mayúsculas que para las minúsculas: la tilde solo estaba pensada para las minúsculas, provocando esta falsa creencia. Observa, sin embargo, que sí es posible escribirla la tilde cuando se utiliza un procesador de textos en el ordenador. Por tanto, volvemos a decirlo, las mayúsculas se acentúan siempre; o, mejor, en mayúsculas directamente para que nadie se mueva a engaño: LAS MAYÚSCULAS SE ACENTÚAN SIEMPRE (sea en un texto extenso en que solo se utiliza este recurso, como un título) o cuando corresponda de acuerdo con las reglas de ortografía, como en ÁngelÁngela, por ejemplo.

[2.1.2] La tilde en las formas verbales con pronombres enclíticos

De acuerdo con la gramática, un pronombre enclítico es aquel que, en la lengua escrita, se escribe en una sola palabra o voz junto con el verbo (como, por ejemplo, los dos que existen en dígamelo, donde el verbo es "diga"; o mírame, donde el verbo ahora es "mira"). Antiguamente -como dato curioso- seguían unas reglas especiales (si el verbo requería tilde sin el pronombre enclítico, la mantenía cuando este se le añadía, generando fórmulas que hoy nos resultan extrañas, como cayóse a partir de se cayó, por ejemplo). Sin embargo, ¡y afortunadamente!, esa regla se ha simplificado en la actualidad y estas formas siguen las reglas generales de acentuación vistas en [2.1], de manera que resulta más fácil o intuitivo: cayose, en caso de utilizarlo, no lleva tilde porque es una voz llana ([ca.YÓ.se]) acabada en vocal. Fin de la historia.

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