En cada uno de los textos siguientes se repite de forma innecesaria un mismo verbo (un verbo comodín): identifica los casos de pobreza léxica y subsánalos proporcionando alternativas o verbos de significado más específico. Por supuesto, si deseas realizar alguna otra modificación (de vocabulario, de estilo, etc.), siéntete libre de hacerlo pero, en ese caso, explica la razón que te ha movido a ello y en qué grado has mejorado el texto.
Texto 1 (IR)
Pasé la cuarentena fatal porque quería ir fuera, como todo el mundo. A mí me gustaba el fútbol, pero no podía ir a jugar porque vivía en un piso. A veces iba a casa de mi abuela porque vive a nuestro lado y ella tenía un prado donde íbamos siempre. Allí siempre íbamos a jugar a la pelota. Más tarde, cuando había salidas por horas en la cuarentena yo iba a dar paseos con mis padres y siempre íbamos a sitios alejados para no contagiarnos. Algunas veces íbamos a un campo de fútbol a jugar, pero eso era muy pocas veces porque el terreno estaba en otro pueblo, un sitio al que no podías ir porque solo era posible salir por tu pueblo.
Texto 2 (HACER)
Estábamos superilusionadas porque estábamos haciendo una película. Nos habían dicho que no nos hiciéramos muchas ilusiones porque el presupuesto era pequeño, pero a nosotras nos daba igual: estaba guay. ¡Era nuestro primer papel! Además, tan pronto como hice una lectura rápida del guion me enamoré de nuestros personajes. Hacíamos de dos viejas amigas que hacían un viaje a París, pero París no salía: todas las tomas las hacíamos en el interior. Ya sabes, el presupuesto... Eso era un poco rollo, ya me hubiera gustado a mí, pero bueno. Hacía mucho calor siempre por culpa de los focos y no es que hiciésemos precisamente una fortuna, porque apenas se proyectó en dos o tres salas, pero hicimos nuestros pinitos en el cine.
Texto 3 (TENER)
Carla estaba enferma, aunque su madre tenía la esperanza de que volvería a clase en unos días: llevaba un par de día en que no paraba de tener una cierta mejoría. No obstante, le llevé a casa las tareas porque, si tenía tiempo, quería ponerse al día con los deberes. Carla es muy responsable: quiere tener buenos resultados porque quiere estudiar fuera y salir del pueblo. Pasa que siempre está teniendo problemas de salud, la pobre. Yo había estado en su casa solo una vez, por su cumpleaños. ¡No recordaba lo grande que era! Tenía tres habitaciones y, en la suya, Carla tenía de todo, aunque ella no le echaba cuentas porque es un poco caprichosa y consentida, la verdad.
Texto 4 (HABER)
Conducía mi madre cuando pasó. Había habido un temporal aquellos días: en ese momento había niebla y no se veía muy bien, y el día anterior había llovido todo el día y había mucha agua en la carretera. Había habido más accidentes en aquella parte porque había poca visibilidad y, además, el suelo era muy resbaladizo y patinaba. Cuando se le fue el coche y golpeamos con el de delante hubo un gran silencio. Cuando salimos, asustados, mi madre gritándonos que nos pusiéramos detrás del quitamiedos, había trozos rotos por todos lados. Cuando llegó la furgoneta de conservación de carreteras, que puso el luminoso para alertar, les preguntó si había peligro de que estuviéramos allí.
Texto 5 (PONER)
Fuimos a la cafetería a tomar algo para que me ayudara con el formulario. El camarero nos dijo que qué queríamos y, cuando tomó nota de todo, mi hermana le puso el dinero justo encima del mostrador. Nos pidió que nos pusiéramos en una mesa al fondo que estaba limpia. Miraba mucho a mi hermana y esta se puso colorada. A mí me parecía que se estaban poniendo un poco pesados, así que le pedí que pusiera una rodaja de limón a mi vaso, lo cogí y nos fuimos a la mesa. Mi hermana se sentó enfrente, pero le dije que se pusiera más cerca para ayudarme a rellenar el formulario, porque no sabía qué poner.
Texto 6 (DAR)
El reloj dio las dos y yo no podía creerme que aún no hubiera parado de darme la tabarra. Qué pereza. Daba la impresión de que las razones me las daba como para disculparse a sí mismo, pero no estaba consiguiendo que me diera pena ninguna; más bien me estaba dando -insisto- una pereza tremenda seguir escuchándolo acodada sobre la barra. Le daba un trago tras otro a su refresco y, entre medias, me daba una fecha, indicaciones de lo que su amigo tal o cual le había hecho, etc. Y yo no sabía cómo decirle que a mí todo aquello me daba igual. Lo que quería era que dejara de dar la nota -la había pifiado, punto-, así que me levanté, interrumpiéndolo, pedí la cuenta, se la di y me marché sin decirle ni siquiera adiós.
Texto 7 (SER / ESTAR)
Fue el otro día. Sería aproximadamente la hora de mediodía, porque el sol estaba bastante alto en el cielo. Fue una cosa inexplicable. El cielo estaba despejado pero de pronto todo se puso gris. Era difícil de creer el vendaval que se levantó en un momento. Estábamos en el bar de Celia, tomándonos algo, y tuvimos que irnos corriendo. Qué cosa. Fue todo un espectáculo: las sombrillas que hacía un instante estaban bien ancladas en el suelo salieron volando; las latas de refresco que estaban encima de la mesa se perdieron por ahí. El novio de Ana Belén, que es de Miami o por ahí, empezó a gritar que aquella era un huracán. Con aquello al menos nos dio la risa.